Mirar hacia delante y no hacia atrás

El tiempo no perdona y cada vez son más los momentos que se van perdiendo en la línea temporal.

Frío, inalterable, inútil y perdido como las lágrimas en la lluvia de un ser sin alma pero con corazón.

Lo importante es mirar siempre hacia delante, porque mirar atrás duele. No duele porque sea triste, duele porque quedó atrás, en esa dimensión inalcanzable llamada pasado. Y se congela así, de esa forma, inalterable para siempre.

Si quieres dejar una huella bonita, cuida el presente, porque será lo que veas en un futuro al mirar atrás.