Otro día

Estoy cansada. Cansada de las promesas rotas y los sueños naufragados.

Sólo quería un mundo tranquilo, justo. Sólo quería que el karma fuera la única ley, que los buenos ganasen la partida. Puse todo lo que pude de mi parte por conseguirlo, pero una y otra vez la realidad se empeñaba en aplastar mis intentos. ¿O no era la realidad sino el egoísmo humano?

A veces parece que hay que enfangarse en el barro para poder hacerlo. El medio ensucia el fin.