¿Esperanza?

Todo comenzó una mañana de verano tardío. No, miento. Todo comenzó mucho antes. Fue un movimiento lento, suave, casi imperceptible. Incluso aquellos de los más pesimistas tardaron en darse cuenta de que algo estaba sucediendo. Se fue fraguando durante años, décadas incluso. Hay quien piensa que siglos. Realmente es algo que no puede definirse con exactitud. Tampoco es algo que tenga importancia ahora.

Lo que si es cierto es que aquella mañana hubo un cambio radical. O mejor dicho: fue el momento en que la mayoría de nosotros nos dimos cuenta de que algo estaba cambiando. Aquel atentado fue un duro golpe para la democracia. Sí, en aquellos entonces aún teníamos democracia.

No, no me mires así. Puede que no fuera el mejor sistema de gobierno. Pero ¿sabes? si uno realmente tenía interés podía llegar a ser alguien. Y sobre todo, teníamos libertad. Esto que te cuento podría haberse gritado enmedio de una plaza multitudinaria y nadie te hubiera mirado mal. ¿Más inseguridad? Depende de como lo mires. Existía siempre esa pequeña posibilidad de que te robaran en un callejón oscuro… pero ¿crees que ahora no sigue ocurriendo?

El caso es, que aquella mañana empezó a derrumbarse visiblemente algo que nosotros habíamos creído hasta entonces fuerte e inamovible. En pro de la seguridad y la defensa, empezaron a recortar nuestros derechos. Sí, es posible que ahora estuviéramos más seguros. Pero ¿a qué precio? ¿Y realmente estábamos más seguros? No lo sé. Pero sé que teníamos más miedo. Mucho más miedo.

No fue sólo aquel atentado lo que cambió nuestra forma de vida. Hubo cambios mucho más sutiles, sólo visibles para aquellos ojos preparados para ver. Eternas reformas educativas que sólo conseguían que cada generación fuese un poco más ignorante que la anterior. Bueno, ignorante en cuanto a ciencias, porque el ocultismo, los fanatismos religiosos y la brujería volvieron a tomar protagonismo en la vida diaria. Las diversas sectas religiosas empezaron a ejercer más abiertamente sus influencias.

Sí, sectas. ¿Te extraña que las llame así? Un escalofrío recorre tu espalda porque sabes que, aunque hayan intentado ocultar su auténtica forma, es lo que son. Ahora también sientes el miedo, empiezas a comprender que lo que creías una sociedad avanzada no es más que la antesala de la próxima Edad Oscura. Una nueva Edad Media donde cualquiera puede ser acusado de brujería y quemado en la plaza del pueblo.

Chocheo, ?verdad? Desvarío, estoy loca. Esto no era lo que te habían dicho en la clase de Historia. Sí, es muy probable que no. Recuerdo una clase de Historia que tuve yo también a tu edad, justo por la época en que todo empezó a derrumbarse. Hubo dos frases que me llamaron la atención: “La Historia es un ciclo que siempre se repite.” Siempre. Si los Antiguos Griegos fueron una Edad de Oro, los Romanos fueron su Decadencia. Es un ciclo que siempre se repite. Cada vez llegamos más alto. Pero a más alto llegamos y más avanzados estamos, más dura es la caída. La otra frase que me llamó la atención fue que los pueblos que no conocen su pasado están condenados a repetirlo. Por eso tuvieron tanto interés en destrozar la educación. Por eso quisieron con tanto empeño que nadie supiera la verdad. Ni siquiera tú, hoy en día, te das cuenta de lo que hicieron.

Salíamos a la calle sin miedo, se respiraba la libertad. Podíamos tener una vida lo más extraña y compleja que quisiéramos, nadie leía nuestros correos, nadie nos observaba minuciosamente, nadie, desde ahi arriba, iba guardando en una enorme base de datos todos nuestros movimientos, esperando que algún día, cuando empezáramos a tener nuestras propias ideas, pudieran utilizar nuestras propias palabras contra nosotros mismos.

Si entrabas en un hospital, nadie te preguntaba el nombre, ni el número de cuenta bancaria. Simplemente te atendían. ?Te extraña? Todos teníamos derecho a vivir, a tener un médico a nuestro lado, fuésemos quienes fuésemos. Nuestros impuestos eran devueltos en forma de carreteras gratuitas, pensiones para la tercera edad, asistencia médica, transportes urbanos, … Claro, claro que había mendigos por las calles… No como ahora, que los matan directamente. Oh, pero tú creíste la mentira de que no había pobres. Ingenuo. ?Cómo van a mantener sus propiedades si no es a costa de exprimirnos a las clases más bajas?

Clases bajas… Esa es otra cosa que me sorprende. Nosotros no teníamos ese tipo de distinciones. La nobleza no era más que un título que se anteponía al nombre en los actos oficiales. No era más que una marioneta de manos de la prensa rosa. Sí, algunos países tenían monarquía, pero la mayoría era una monarquía sin poder real, simplemente estaba ahi por tradición, por un falso sentimiento de seguridad. Por capricho.

Sí, sí, es cierto que te dicen que ahora estamos más avanzados y nuestra sociedad es más moderna aún. Pero te lo dice alguien que ha probado las dos etapas. Puede que mis ojos estén ya ciegos y mis manos tiemblen, pero mi razón y mi memoria siguen tan atentas como siempre. Escucha lo que esta vieja anciana quiere contarte. Porque puede que sea la única manera de llegar a la verdad y entenderla. Y de volver a colocarla en su sitio. Porque, ?sabes? puede que ahora os sintáis todos más seguros. Pero yo tengo miedo.