El odio es el final

Sé que vas a odiarme por decir esto, pero está todo preparado. Siempre lo estuvo. Sé que me odian, se que tú también acabarás por odiarme, pero eso es lo que busco. Me odian sin saber que gracias a mi siguen con vida. Y no podrán evitarlo, porque yo quiero que me odien y haré todo lo posible para que lo hagan. Será un odio calculado al milímetro. Es la única forma.

Debes comprender que en los primeros experimentos para mantener la vida bajo tierra, siempre encontraban el mismo problema: todo el mundo acababa volviéndose loco, desesperado, matándose los unos a los otros. Entonces intentaron meter a los cómicos en las celdas. Su misión era mantener los espíritus altos, alegres, esperanzados. Pero por más que intentaron todos acabaron igual: muertos. Probaron todas las formas que se les ocurrieron: luces artificiales, música, sesiones con psicólogo, chocolate, drogas, televisión, cuadros paisajísticos, estancias recreativas, librerías, trabajadores del sexo, soledad, amor, crucigramas,… Pero lo único que parecía mantener unidos y cuerdos a aquellos hombres era un odio común. Cuando existía ese odio común, la situación se hacía soportable, la locura disminuía y la convivencia era posible. Y a tiempo que se descubrió, antes de la gran catástrofe sobre la superficie de la Tierra.

Aquí es donde entramos nosotros. Los primeros odiados fueron psicólogos que entraron discretamente en las cápsulas bajo tierra para controlar el odio. Cuando todo contacto con el mundo exterior tuvo que ser cortado, los odiados fueron pasando de generación en generación, enseñando discretamente sus conocimientos sobre el odio para poder seguir controlando la locura de estos habitantes. Las cápsulas donde el odiado no sabe controlar la situación, pronto son víctimas de masacres indescriptibles. Algunos de los odiados comienzan procurando amar a todos, intentando que sea el amor, y no el odio quien controle la cápsula. Pero siempre acaban en el odio. Yo mismo experimenté en mi juventud con el amor y la risa, pero a los pocos años supe que el esfuerzo invertido me estaba desgastando a tal velocidad que antes de que me diese cuenta sería odiado por todos con tal fuerza, que no podría evitar que acabasen conmigo.

Ahora mi tiempo se agota, me hago viejo, mis reacciones irán disminuyendo y poco a poco su odio hacia mí irá creciendo y no podré controlarlo. Llegará el momento en que me odien tanto que decidan acabar con mi vida. Y ahi es donde entras tú, donde tienes que tomar mi relevo. Odiame por dejarte este trabajo, odiame por obligarte a tomar tanta responsabilidad, pero si tú no lo haces, tú, que sabes la verdad, que puedes observar y aprender cómo lo hago, si tú que puedes no lo haces, nadie lo hará. Y entonces te odiarás a tí mismo por dejar que todos mueran.