Anónimos

Seguramente me has visto alguna vez por la calle. Hasta incluso es posible que nos hayamos tropezado y te haya pedido torpemente perdón. Quizás hasta me dedicaste una breve sonrisa de mirada perdida mientras susurrabas un rápido “no es nada”. Pero no lo recuerdas. Si volvieras a cruzarte conmigo no me reconocerías. Ni siquiera si en un estúpido esfuerzo por llamar tu atención lograra entablar una conversación, eso tampoco quedaría grabado en tu memoria. Soy demasiado vulgar.

Soy como ese árbol que cae enmedio del bosque sin que nadie lo oiga. Paso desapercibido por la vida. Mis rasgos son normales, mi comportamiento es normal. Soy tan normal que me salgo de las estadísticas. No destaco, nadie se fija en mí. Nadie me recuerda.

Es algo que me ocurre desde siempre. Cuando consigo entablar alguna amistad, siempre se olvidan de llamarme. Me resulta dificil mantener un trabajo, porque mis jefes olvidan que me tenían contratado y buscan a otro. Puedo subirme a un banco de la calle y ponerme a gritar, que cuando me baje y siga caminando, nadie recordará lo sucedido. No consigo destacar ni llamar la atención. No consigo dejar huella. No hay nadie que pueda recordarme.

Pero tiene ventajas. No hay consecuencias de mis actos. Los camareros se olvidan de cobrarme. En los hoteles, nadie recuerda que yo tuviese una habitación, ni tampoco que arrasara con el minibar. Los prestamistas no consiguen encajar sus cuentas, porque no se acuerdan de haberme dejado dinero. Las chicas no se molestan en llamarme al día siguiente, ni tampoco comentan la jugada con sus amigas, porque no recuerdan nada. Puedo robar, nadie me reconocería después. De hecho, es casi el único modo de ganarme la vida que tengo. Soy completamente anónimo.

A veces he intentado buscar más gente como yo. Tiene que haberlas, no puedo ser el único. Y también a veces pienso que quizás ya los encontré. Que un día me crucé con alguno de ellos y tuvimos una agradable conversación en la que compartimos miedos y vivencias. Y me da miedo pensar que quizás yo también los haya olvidado igual que ellos a mi.

Quizás debería hacer como ese árbol y caer enmedio del bosque.

Es posible que en un solidario intento por darle sentido a mi existencia, decidas que no vas a olvidar estas letras. Te he tocado la fibra sensible y piensas que si alguien me recuerda, aunque sea sólo un vago recuerdo, me sentiré más aliviado. No te esfuerces. Por mucho que lo intentes, también lo acabarás olvidando. En cuanto dejes de leer empezará a borrarse de tu memoria. No sientas lástima por mí. De todas formas, sería una lástima pasajera que también acabarías olvidando.