…la humanidad tendrá que hacerle frente…

“¡Era un puto hombre! ¡La bestia era un puto hombre!”

La puerta golpea contra la pared con violencia, pero eso no parece alterar al hombre que la mira al otro lado de la mesa.

“Dijiste que matara a una bestia, no a un hombre.”

“Sientate.”

Se deja caer en la silla y suspira. El trabajo se está complicando más de lo previsto.

“¿Es un problema de dinero?”

“¿Cómo?”

“Te pagaremos cuatro veces más, si eso es lo que necesitas. Tu tarea es de vital importancia para la supervivencia de la humanidad así que el dinero no es un problema ahora, al menos no para nosotros.”

“Pero el trabajo era…”

“Has matado a hombres antes, ¿verdad? No debería ser un problema para tí.”

“Necesito…” traga con dificultad, buscando las palabras “necesito saber qué era exactamente.”

El hombre la mira durante unos segundos, meditativo. Luego asiente con la cabeza.

“Es normal. Te contaré todo lo que sabemos:”

El hombre se reclina en su silla y mira al techo.

“En algún momento, ocurrieron una serie de mutaciones genéticas en algunos humanos que les convirtieron en eso que has visto. Seres humanos con capacidad para transformarse en bestias. Bestias peligrosas, poderosas, descontroladas. Aún no sabemos si estas mutaciones ocurrieron por algún fenómeno artificial o de forma natural. Pero eran unas mutaciones muy agresivas, que fueron extendiéndose entre la población. Para poder controlar a las bestias, los seres humanos tuvimos que desarrollar tecnología a gran velocidad y hacerles frente. El mundo se dividió en dos: el mundo salvaje de las bestias y el mundo civilizado de los hombres.

Pero la tecnología no es suficiente, son más rápidos, más listos. Son terriblemente sanguinarios. La batalla está igualada, con un poco de ventaja por nuestra parte, pero todas las vidas perdidas por culpa de esas bestias… todas esas vidas no podemos olvidarlas. Por eso desarrollamos la máquina del tiempo, para poder volver aquí y buscar el origen de las bestias. Después de mucho investigar, descubrimos que, en algún punto de esta década, aparecieron las primeras bestias.

Por eso te hemos contratado, para que acabes con las primeras bestias. Si las exterminamos, su mutación no se expandirá, no habrá guerra, no habrá muerte. Por eso es tan importante tu labor. Cada bestia que mates será una gran ventaja en el futuro.”

“¿Venís del… futuro?”

El hombre la mira paternalmente y sonríe.

“Así es. Te daría los números de la lotería de este año, pero tardaríamos demasiado en convencerte. Por eso te ofrecemos el dinero y la inmunidad. Haces tu trabajo, nosotros te pagamos. Creas o no la historia, tu decisión debería estar clara.”