¿De qué sirve?

-No me malinterpretes, no te estoy echando.

-Lo sé.

-Sin ti no hubiéramos conseguido vencer. Llegaste en el momento justo.

-Llegué cuando me enteré.

-Pero ¿de qué sirve ganar una batalla cuando la guerra está perdida?

-¿Quién dijo que estuviera perdida?

-Mira a tu alrededor… no hay esperanza. Lo único que podemos esperar es un trato del enemigo. Y el enemigo sabe que estamos débiles.

-Pero seguís resistiendo.

-Gracias a tu ayuda. Deberíamos estar todos muertos ya.

-Estoy aquí y eso es lo importante.

-No podemos pagarte. No tenemos nada que ofrecerte. Incluso en una hipotética victoria…

-Saber que ayudo es suficiente pago.

-¿Por qué?

-¿Por qué?

-Sí, ¿por qué nos ayudas?

-Podría decirte que espero recompensa pero ya sabes que no. ¿Lealtad? ¿Amistad? ¿Una promesa? Quizás es que me vi reflejado en ti. No lo sé. Pero aquí me quedo. Con vosotros.

-Gracias.

-No tienes por qué darlas. Tampoco tengo ningún otro sitio al que ir.

-Hay otras batallas de las que podrías sacar más provecho.

-Pero es esta la guerra que quiero ganar.

-Esta guerra está perdida.

-De momento.