Caos

-Céntrate, intenta que concentrarte en un único hilo, tienes que acallar las demás voces.

¿Recuerdas? Fue aquí mismo. Maullidos. Maullidos que desgarran la noche. Seguro que el día de mañana se acordará de este momento y sonreirá. Apenas se conocían cuando todo empezó. No me abandones, tienes que volver.¿Te has parado alguna vez a observar cómo rompen las olas?Me están volviendo loca. No me creen, dicen que no eres real.

-No puedo, no puedo concentrarme, son demasiados. Se están matando entre ellos.

_ ¡Idiota! ¡Idiota! Sabías que no debías hacerlo.Violentas, suaves, de todo tipo.Se eriza, sacando las garras, mientras mira fijamente a su oponente. ¿Dios? ¿Estás ahi? ¿Siquiera existes?¡Ayudame! No tienes ningún derecho, ¿me oyes? ¡Ninguno!¿Eso es sangre? ¿Sangre de verdad? ¿Por qué estás cubierto de sangre?Me has dejado sola, ¿por qué? ¿Acaso hice algo mal? Pero es que nadie dijo que fuera justo. Y si alguien te lo dijo, te mintió. Las cosas no son así. Me das asco. Tú y tu manera de hacer las cosas._

-Puedes hacerlo, tienes que dejar que las historias se desarrollen. Tienes que dejarles sitio, conseguir que maduren para poder escribirlas y librarte de ellas.

-Me rindo, no puedo. Me han ganado la batalla.

-Tranquila, respira. Céntrate en un punto. Saboreala, letra a letra.

Rugen sin descanso, día y noche. Hubo un tiempo que creyó que estaba dedicado a ella, pero aquello queda ya muy lejano. Sabe que para Poseidón, o como quiera que se llame, nunca fue realmente especial. Sólo fue una, de tantas otras.Una, que pronto fue sustituida.

-Eso es, tranquila, deja que fluya…