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Un día
Sé que llegará un día en que mis ojos se cansen de mirar, me pesen los párpados y me duela la luz. Mis manos se agrietarán, me dolerán los huesos y no alcanzaré a atarme mis propios zapatos. El espejo me devolverá una cara arrugada y marchita, sobre un cuerpo flácido de pechos vacíos.
Sé también que empezaré a olvidar cosas. Primero cosas poco importantes, como apagar la luz al salir del baño o un número de teléfono. Poco a poco iré olvidando más cosas, pero es algo que iré asumiendo, igual que asumiré que mis dedos no me alcancen a rascarme el omóplato o que no pueda correr y saltar tras una cucaracha. Si todo se torna complejo, buscaré ayuda y acabaré siendo dependiente hasta que mis días se apaguen. Es el ciclo de la vida, no podemos vivir eternamente. Sin embargo, no es eso lo que me preocupa.
Lo peor es perder los recuerdos importantes. Porque también empezaré a olvidarte. A ti, a los momentos que hemos pasado juntos. Los recuerdos empezarán a difuminarse y no estaré segura de cual fue nuestro primer beso o dónde solíamos quedar al salir de clase.
Olvidaré tus dedos acariciando mi espalda. El tacto de mis labios sobre tu hombro. Tu voz susurrando en el estruendo del día a día. Olvidaré tu calor en las noches frías. Olvidaré incluso tu olor, tu nariz en mi cuello, el mordisco en tu oreja y los dedos entrelazados.
Y no puedo soportarlo. No puedo soportar olvidarte. Me aferro a tu recuerdo como un náufrago al último trozo de madera quemada, clavándome las astillas de los recuerdos dolorosos para no perderlos ni siquiera a ellos. El mundo se hace pequeño y siento vértigo al pensar que podría llegar el día en que mirase tu foto y ni siquiera recordase tu nombre. Que me diera por pensar quién hubiera tenido la suerte de compartir su vida con ese chico tan guapo de la foto.
O peor aún. Porque podría ser que quien olvidase fueses tú.
Entonces me doy cuenta de un detalle, algo que llevo pensando desde que empecé a escribir este post y que ahora me grita en silencio desde sus letras. Y es que aún queda mucho tiempo hasta que llegue ese momento. Pero quiero aprovecharlo. Quiero estar contigo. Así que cierro y corro a buscarte.