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Palabras perdidas
-¿Quién eres?
-¿Aún preguntas?
-¿Estás ahi? No puedo verte.
-Ven, coge mi mano.
-Hace frío.
-Se te pasará.
-¿Por qué está todo tan oscuro?
-Siempre está oscuro dentro de tu mente.
-¿Dentro de mi mente?
-¿Dónde crees que estamos si no?
-No lo sé…
-Si imaginas que está todo oscuro, no habrá luz.
-¿Puedo hacer lo que quiera?
-El límite está en tu mente.
-Tengo miedo.
-No te preocupes, estoy aquí.
-¿Sigues ahi?
-¿Pues no tienes cogida mi mano?
-No dices nada.
-Tú tampoco.
-¿Quién eres en realidad?
-¿Aún no lo sabes?
-¿Cuál es tu nombre?
-Soy todo lo que has imaginado, imaginas y seré todo lo que imaginarás. Soy tú porque soy todo lo contrario a tí.
-Eres mi opuesto.
-Puedes llamarme así.
-Entonces ¿no eres real?
-Soy tan real como tú.
-Pero yo si soy real.
-¿Cómo lo sabes?
-Pertenezco al mundo real…
-Pero ahora estás aquí, conmigo.
-Siento desvanecerme.
-Es inevitable.
-¿Inevitable?
-No puedes quedarte aquí mucho tiempo conmigo. La soledad es la norma. Las ideas fluyen y chocan unas con otras, pero siempre independientes, no interaccionan.
-Pero yo estoy aquí. Te cojo la mano, hablo contigo.
-Siempre hay una excepción.
-No quiero que estés solo. Ven conmigo.
-No puedo. Pero gracias, es la primera vez que me pides que vaya contigo.
-Es la primera vez que nos encontramos.
-Que no recuerdes algo no significa que no haya ocurrido. Simplemente que no lo recuerdas.
-¿Estuve aquí antes, entonces? ¿Me recuerdas?
-Siempre vienes aquí antes de dormir. A veces pasas rápidamente, otras te quedas un rato.
-Esta vez sí pienso recordarte.
-Claro…
-Lo prometo. Esta vez será diferente.
-Siempre es la primera y la última vez.
-Yo guardaré los recuerdos por los dos. Porque aunque no sepas que existo, siempre velo por tí.