Traición

Por eso te extrañó tanto verla aparecer otra vez. Habíais decidido conservar la amistad tal y como fue alguna vez, pero sabíais que era imposible fingir que nada había sucedido. Una traición nunca es fácil de olvidar, y más cuando sabes que había sido premeditada y con alevosía. Y que a sabiendas de que aquello os estaba envenenando, había decidido continuar traicionando.

Al principio cuesta desentenderse de todo y seguir caminando. Tus sentimientos intentan cegarte para autoconvencerte de que no pudo ser así, que tus sentidos te engañan, que el mundo entero se puso de acuerdo para que creyeras que todo sucedió así. Pero cuando a una simple pregunta ella duda y sus ojos dejan de fijarse en los tuyos, cuando las manos tiemblan y la voz se entrecorta, sabes que no importa lo que te conteste. Sabes que era cierto.

Así que decidiste alejarte. No dejaste que viera tus lágrimas, fuiste fuerte y seguiste caminando hacia delante. Ella podría creer que sus mentiras seguían vigentes, podría engañarse si quisiera. Pero tú sabes que no vas a seguirle el juego. No más, ¿por qué? ¿por qué seguir confiando que las cosas cambiarán otra vez para volver a ser lo que eran? Ya jugaste a los dados más veces y está claro que estaban trucados.

Es entonces cuando empieza el proceso más doloroso: el de sacarla de tu vida. Es difícil demostrarte a tí mismo que alguien que considerabas imprescindible en tu vida no lo necesitabas para nada y que la vida continúa, con traición o sin ella. Pero más difícil es, una vez que te demuestras que no la necesitas, encontrarte con que vuelve para continuar con algo que hace tiempo que estaba envenenado.

Nunca podría volver a ser lo mismo. ¿Cómo? Lo bonito era que podías confiar porque nunca te había traicionado. Lo bonito era que sabías que pasara lo que pasara, ella estaría allí. Pero ya te demostró que ella tenía otra idea de lo que era vuestra relación. No importa que la cicatriz te impida volver a confiar nunca más en nadie, lo importante es que ya nunca más podrán volver a hacerte daño. Lo importante, es que has crecido y has descubierto que el mundo en el que te gustaba jugar y divertirte no era más que una ilusión. Lo importante es que ahora eres un adulto más, y cuando tú a tu vez traiciones, nadie podrá reprocharte nada, sólo estarás evitando que te apuñalen a tí primero. Lo importante, es que perdiste la inocencia.