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A veces me canso de ser fuerte
A veces me canso de ser fuerte. De ser a quien todos miran cuando hay un problema. De ser el hombro en el que lloran los demás, el que siempre encuentra la solución al problema. Me canso de tener que soportar todo este peso sobre mis hombros, de no poder descansar, de saber que si yo me derrumbo, todo lo demás acabará por caer.
Sé que yo me lo he buscado, que esta confianza y esta responsabilidad la he ido labrando con mis propias manos, sabiendo a dónde me encaminaba. Lo que nunca pude adivinar en aquel entonces era lo cansado que podría llegar a ser. No puedo dejarlo de un día para otro. No puedo decir basta y soltar el peso que llevo encima. Necesitaría que alguien ocupase mi lugar. Pero, ¿cómo podría encargarle a nadie, sabiendo lo que es y lo que significa, que cargue con toda esta responsabilidad? ¿Cómo podría hacerlo?
En parte por eso es por lo que he acabado aquí. No podría dejar a nadie al cargo, no hubiera sido justo. Aunque, ¿era justo para mí? ¿Acaso era justo que yo tuviera que sacrificarme de esta forma? ¿Por qué nadie viene a ayudarme? ¿Por qué nadie se ofrece a sostener la carga por un tiempo, mientras mis hombros descansan? ¿Por qué nadie entiende que yo también necesito un hombro sobre el que llorar, unos ojos a los que mirar buscando una solución? ¿Por qué todos dan por hecho que soy fuerte, que no necesito a nadie? ¿Por qué nadie viene a protegerme?
Llorar es de nenazas. Sé que si pido ayuda, no lo entenderían. Si yo soy fuerte, no necesito ayuda de nadie. Sería casi insultarme. Pero estoy cansado de ser fuerte. No quiero seguir siendo fuerte. Quiero que me protejan, que me cuiden. Necesito que alguien vele por mi. Quiero sentir unos brazos rodeándome y diciendome que todo estará bien, que no me preocupe. Que alguien se hizo cargo del problema. Que sólo tengo que esperar y todo estará solucionado.
Pero no hay unos brazos esperándome. Sólo me esperan estas miradas interrogantes, esperando que tome una decisión. No quiero ser fuerte, ya no soy fuerte, pero tengo que aparentarlo. Porque ellos no pueden ser fuertes. Me necesitan. Y no puedo abandonarles. No puedo abandonarme. Tengo que seguir siendo fuerte. Aunque ya no lo sea.