Portazo
Se fue. Y de un portazo, la historia había terminado.
Recuerda…
En recuerdo de todas aquellas personas que ya no pueden recordar. Se está tan bien en esta butaca, aquí, cerca del fuego, amamantando a esta pequeña criatura que acaba de nacer. Es tan joven y frágil que da miedo hasta cogerla, parece como si se fuera a romper. Pero no se romperá, la agarro con fuerza, es mi pequeña, mi tercera hija, la niña de mis ojos… No debería haberme quedado dormida.
¿Esperanza?
Todo comenzó una mañana de verano tardío. No, miento. Todo comenzó mucho antes. Fue un movimiento lento, suave, casi imperceptible. Incluso aquellos de los más pesimistas tardaron en darse cuenta de que algo estaba sucediendo. Se fue fraguando durante años, décadas incluso. Hay quien piensa que siglos. Realmente es algo que no puede definirse con exactitud. Tampoco es algo que tenga importancia ahora. Lo que si es cierto es que aquella mañana hubo un cambio radical.
Cae…
¿Sabes lo que es ver a alguien que te importa caer? Lo ves caminando como sonámbulo hacia el precipicio, quizás no demasiado deprisa, pero sabes que tarde o temprano acabará cayendo al vacío si nadie lo impide. Así que intentas interponerte en su camino. Al principio intentas hacerle comprender que delante suya no hay más que un estúpido precipicio. Que debe pararse o cambiar el rumbo. Pero no sirve de nada.
El perfume de la Dama de Noche
Ella nunca había destacado ni por su belleza ni por su inteligencia, siempre había sido una chica más del montón. Pero había algo en ella especial, algo que la hacía diferente al resto: su perfume. Todas las noches, vestida con sus mejores trajes, salía a pasear ligeramente perfumada. Era un olor tan sutil, tan sugerente, tan delicioso, que nadie podía evitar mirarla al pasar. Se sabía que llegaba a una fiesta por el perfume que la precedía y siempre que abandonaba un lugar quedaba ese ligero toque que hacía que los que estaban allí tardaran en olvidarse de su presencia.
Allí, donde la luz se funde en las tinieblas
Cuando crees que ya te has acostumbrado al dolor, viene otra ráfaga que te quita todo sentido, sólo eres capaz de seguir sintiendo dolor y más dolor. Casi no tienes tiempo de pensar qué ha ocurrido. Lo último que recuerdas es morir, morir una y otra vez. Sientes que hay alguien ahi fuera que juega contigo, con tu dolor, pero no eres capaz de reconocerlo. ¿Quién eres? ¿Por qué me haces esto?
Llanto
Hay muchas clases de llanto. Cuando un niño llora, sus lágrimas van acompañadas de gritos para llamar la atención. También hay lloros acompañados de sollozos y suspiros que van liberando al alma de sus pesares. Pero el llanto más estremecedor es aquel que va solo. Las lágrimas van resbalando por el rostro sin que el más leve estremecimiento las haga temblar. Los ojos se vuelven huidizos, o se fijan en un punto, pero no transmiten nada realmente.
Correspondencia
Lo único de lo que está segura es de un nombre y una dirección. O menos aún, porque el nombre podría ser inventado. Una dirección, eso es de todo de lo que está segura. El resto lo sabe por lo que ha leído en sus cartas. No quiere conocerlo en persona, ¿para qué? Las relaciones en persona siempre acaban mal. Así, ella puede imaginar que él es el galante héroe que la vendrá a buscar una tarde de primavera para rescatarla de las garras de la monotonía.
RyJ
Perdóname Padre, haz que me perdone. He pecado y no sé cómo arreglarlo. Supongo que habrá oido la desgracia que ha ocurrido recientemente en Verona. Tantas muertes de tantos jovenes inocentes… y yo, sólo yo tengo la culpa. Lo sabía, podría haberlo evitado. Pero en mi afán por intentar arreglar las cosas a mi manera no hice sino empeorar la situación. Yo, máxima autoridad eclesiástica en Verona, soy un asesino.
Perdón
-Siempre has tenido gran misericordia y has perdonado a tus enemigos. ¿Por qué ahora no? -Quizás porque cuando me traicionó, no era mi enemigo.