El odio es el final
Sé que vas a odiarme por decir esto, pero está todo preparado. Siempre lo estuvo. Sé que me odian, se que tú también acabarás por odiarme, pero eso es lo que busco. Me odian sin saber que gracias a mi siguen con vida. Y no podrán evitarlo, porque yo quiero que me odien y haré todo lo posible para que lo hagan. Será un odio calculado al milímetro. Es la única forma.
Donde hubo fuego
Son incapaces de articular más que algunos sonidos básicos para comunicarse entre ellos. No saben, tampoco necesitan saber. Son felices en su mundo de luces y sombras donde poco entienden de lo que sucede. A veces hay tormenta. Odian y aman la tormenta tanto como odian y aman la luz y la oscuridad. Y, a veces, hay rayos. Esos rayos pueden alcanzar una montaña, un arbusto, un árbol. Y prende un fuego que les iluminará el resto de la noche.
Frío
Se acurruca un poco más intentando buscar el calor, pero la manta está fría y tiesa y le raspa la piel. Podría intentar huir de allí, pero acabaría congelado antes de llegar a ninguna parte. El frío que hay fuera es aún más terrible que el que le rodea aquí dentro. Nota como su corazón palpita con fuerza, pero la sangre no consigue llegar más allá de su pecho. Siente los labios amoratados y los pies dormidos.
No te escondas
Cierra los ojos y siente una nueva ola que le inunda y le hace temblar. Es cálida y suave, empieza en algún lugar indeterminado del cuello y termina en los dedos de los pies. No le gusta abrir los ojos después, ¿para qué enfrentarse a algo tan frío y vulgar cuando tu mundo interior es tan salvajemente abundante?
Aunque renazca la esperanza
Alarga la mano y toma entre sus dedos una pequeña pluma, algo chamuscada y amarillenta. La guarda entre sus manos, cierra los ojos y la aprieta contra su pecho. Un tiempo indeterminado después, abre los ojos. Entre sus manos hay una pequeña criatura alada que respira suavemente. -Esta vez todo saldrá bien. Confía en mí.
Paralelismo
Ella ganó su primer concurso de belleza a los doce años, en un crucero. Sus padres, orgullosos, colgaron la foto en el salón. Desde entonces, no volvió a mover la cara. Masticaba pedazos pequeños, para no abrir demasiado las mandíbulas. Se bañaba en leche y dormía envuelta en cremas. Tuvo tres maridos, pero ningún hijo, no quería pasar por el embarazo. Su primer marido le dejó en herencia el dinero para cuidar su aspecto.
Más allá
-¿Y cómo podían vivir antes de conocer la quinta dimensión? -Igual que vivían antes de conocer la electricidad.
No es justo
-Lo que más me jode de matarle es que hacía las cosas bien. Tenía razón. -Por eso le matas. No podíamos permitir que hiciera las cosas bien.
Metal
Ese olor cuando has doblado mucho un metal. No puedo quitármelo de encima. Un amasijo de hierros. Eso es todo lo que queda. Sería mejor si no quedase nada. _ Debo volver. No puedo dejar que todo termine así. Tengo que terminarlo a mi manera. -Tengo que irme. -¿Por qué? No puedes hacerme esto. -No lo entenderías. Tengo que irme. -¿Fue solo eso? ¿Un beso? -Fue mucho más. Me gustaría quedarme pero es algo superior a mi.
Crecer
Crecer es terrible. Un día miras hacia abajo y te entra vértigo.